Tengo por costumbre preguntar a mis alumnos, luego de cierto tiempo
transcurrido, qué los motivó a llegar a la práctica de Aikido. Las respuestas
son diversas como diversas son las situaciones sociales, económicas,
psicológias y también sus edades. Pero la mayoría tiene un objetivo en común.
El deseo de encontrar una mejor forma de vida. Al decir “mejor forma de vida”
se refieren a encontrar una manera de convivir más armónicamente en esta
sociedad alocada en la que todos estamos inmersos.
Al preguntarme si podrán lograrlo respondo enfáticamente que sí podrán
lograrlo, dependiendo el resultado del interés que cada persona ponga en su
práctica. Pueden conseguirlo no porque Aikido sea algo mágico, sino porque
ayuda a descubrir la magia que cada uno de nosotros poseemos. Los objetivos se
irán logrando en la medida en que aceptemos ciertas reglas o principios que
este arte marcial exige.
Continuará...